La cinta italiana Happy As Lazzaro (2018) de Alice Rohrwacher, donde los campesinos de InViolata viven sus días en el pasado del futuro, explotados laboralmente por la marquesa de Luna (Nicoletta Braschi). Uno de los trabajadores, el joven Lazzaro (Adriano Tardiolo), el más explotado, pero el más noble, entabla una particular amistad con el hijo de la marquesa. Esta amistad llevará a Lazzaro a despertar de la muerte para buscar a su amigo y hacer por él, lo necesario para ayudarle.
La nobleza y sus dos caras
No cabe duda que el personaje principal de esta cinta es Lazzaro. Lazzaro aquí, Lazzaro allá, Lazzaro sube, Lazzaro baja, Lazzaro lleva… Así es como transcurre la vida para este joven en InViolata. Un joven, con una bondad impecable, un alma noble y un corazón muy grande.
A pesar de esto, sus cualidades no lo salvan de las injusticias, al contrario, son esas las que seducen a los demás para aprovecharse de él, incluso su nuevo amigo Tancredi (Luca Chikovani), el hijo de la Marquesa.
Pero, ser noble o, mejor aún, ser de la nobleza también tiene sus beneficios. La Marquesa no es indiferente al padecimiento de los campesinos, lo reconoce en su propio beneficio y lo justifica mediante la “cadena de explotación”. Ella sabe muy bien lo que está sucediendo.
La utopía de la aparcería
En InViolata, los campesinos producen tabaco para la empresa de la Marquesa Alfonsina de Luna. El trabajo no excluye edad ni género. Todos trabajan por igual, desde el más pequeño al más viejo.
Los campesinos viven hacinados y cada día más endeudados. Su arduo trabajo, aparentemente, no es suficiente para pagarle a la marquesa la vivienda y la poca comida que obtienen.
Esta cinta se desarrolla en los años 80 donde la aparcería ya no existía y estaba prohibida. Sin embargo, estos campesinos viven en el gran engaño, en una ruralidad analfabeta, creyendo que un contrato de aparcería es lo único que existe para poder sobrevivir.
El miedo del engaño
Este gran engaño, esa gran falacia produce en los campesinos miedo. Ese miedo se alimenta con ignorancia. Una vez se abren las puertas al conocimiento, el miedo va desapareciendo. Así, estos campesinos fueron saliendo del miedo, pero recuperar el tiempo de atraso social no es tan fácil.
Ahora, conociendo esto, se hallan otras habilidades de supervivencia, como la magia, una habilidad precisa y a la medida para el nuevo panorama, el abandono social y esta vez no rural sino urbano.
La amistad por sobre todas las cosas
Lazzaro ofrece una amistad a Tancredi excepcional, pero él no obtiene lo mismo. Es de admirar en este personaje lo que puede significar para él una amistad que siempre está presente, perdona y que incluso deja de comer para darle la comida a su amigo Tancredi.
Lazzaro como un lobo observador de la luna, al verla en su fase de cuarto creciente decide enfrentarse al banco, donde la ignorancia del pasado choca con la ignorancia del futuro.
Lazzaro no entiende como funciona un banco, pero las personas que están allí tampoco entienden como funciona Lazzaro.
Tal vez, la falta de empatía es la ignorancia del presente futuro.
La presencia de la religión
En este film se puede ver una Italia bastante católica, las estampillas de los santos, la presencia del padre y la biblia, ejemplifican un poco esto.
Sin embargo, esto no denota su humanidad. Por un lado, el Padre Severino que visita InViolata, parece una farsa. La película no clarifica si es solo un hombre con los hábitos religiosos ni tampoco si es realmente un sacerdote. Y, en caso de que lo fuera, que desastre de persona, siendo una fachada religiosa al obviar los padecimientos de este pueblo.
Por otro lado, en una de las escenas, la marquesa lee la biblia como la más devota y letrada.
Está religiosidad material critica su esencia misma. Teniendo al Santo en persona, es el más maltratado en todo sentido mientras las imágenes permanecen intactas en un pedestal.
A través de la historia del lobo hambriento, la cinta transporta levemente al espectador al futuro. Se desconoce el tiempo que ha pasado y en InViolata se encuentra Lazzaro solo, su pueblo se ha ido.
Dignificación del campo
Una vez en la ciudad, los campesinos no tienen nada que hacer. Su dedicación siempre fue al campo, son las únicas labores que conocen. Ahora están sumergidos entre el frío pavimento de la ciudad donde las raíces no brotan.
Los campesinos de esta cinta pueden tildarse de ignorantes, pero también, la ignorancia está en su sociedad donde se desconoce la importancia de las labores del campo y los beneficios de la tierra.
Lazzaro, un viajero del tiempo y quien despierta de entre los muertos, mantiene intacto su cuerpo físico y su conocimiento de las plantas. Quizás, los alimentos sagrados de la tierra han permitido esto. Por el contrario, su familia y su gran amigo han envejecido.
La sencillez y sensibilidad de la película trae aires del neorrealismo italiano, un movimiento cinematográfico que surgió después de la Segunda Guerra Mundial. En Happy as Lazzaro, los sentimientos prevalecen en la composición y elección de las escenas, el final no es al estilo Hollywood y mantiene su crítica a la sociedad.
Por otro lado, la actuación es destacable. La forma de encarar los personajes, es sencilla y profunda.
Happy as Lazzaro deja claro que el conocimiento, no solo imperativo, sino también experiencial, es más importante que el transcurrir del tiempo. Se puede despertar de entre los muertos y seguir en las mismas injusticias. Se puede vivir en el futuro, pero con los mismos atropellos del pasado.
La película está disponible en Netflix
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