Hole in the Head de Dean Kavanagh. Una experiencia filosófica y sensorial del agujero


Hole in the Head (2022) del director y guionista Dean Kavanagh, es la historia de John, un chico que perdió el habla después de que sus padres le abandonaran en una casa en el campo a los 7 años. Ahora, él se comunica a través de la voz de su celular y trabaja en el cine. En esta película la realidad y la ficción se entrelazan, pues John quiere escenificar su trauma de la infancia mediante una película que dirige él mismo. 

Desde el inicio del film se puede ver una secuencia de imágenes con una voz de fondo a modo de narrador que nos cuenta de dónde vienen los padres de John y su nacimiento hasta los 7 años. Estos datos parecen inconclusos, incoherentes y un poco extraños, pero a medida que avanza la película entenderán por qué.


La primera imagen que se presenta es la de John, un chico que viene corriendo hacia nosotros, casi al estilo de los LUMIÈRE BROTHERS en Arrival of a Train; entre un hermoso paisaje, John corre hasta unas rocas donde parece que va a saltar, pero no lo hace. Luego, vemos que viene corriendo de nuevo, es una parte de la película que está grabando. 


Un tejido de imágenes

Luego la película sigue tejiendo su propio hilo de imágenes, experimentales, alucinantes, conceptuales y profundas. No hablaré de lo que sigue en todo el film porque me quiero centrar en aspectos relevantes para mí y por lo cual considero que es una película que tienen que ver.


Un aspecto importante es la forma de retratar el maltrato físico y psicológico de John mediante un artefacto, la cámara. Su cabeza y el cine son una analogía: ser memoria; pero sobre todo de la importancia de ser memoria para la construcción de uno mismo como individuo. John es imagen y busca que esa imagen vaya más allá de verse a través de un cuadro, él busca tocar las imágenes y reconstruir su materialidad. 


Tocar las imágenes como le han tocado a él y vivir lo material de las imágenes que han sido su realidad. John lo hace, además de grabar su propia película, con la manipulación de las cintas de cine y de grabación, pues siente una aproximación con el sentido del tacto.


Además, el sonido, que también es clave de Hole in the Head, es una imagen poética cuando John acerca su oreja a la cámara y escucha el carrete de la misma, cierra sus ojos y espera. ¿Espera que el sonido viaje y traiga eso que busca?, ¿las imágenes aún no han sido suficientes?, ¿es eso lo que hacemos cuando estamos cansados de ver, cerrar los ojos y encontrar en el sonido tranquilidad? 


La negación del cine y de la mente


Como John quiere hacer una película de su vida misma, hay un punto donde no hay una línea muy definida entre realidad y ficción. El cine vive de su negación, de negar el mecanismo por el cual es posible, pues lo hace invisible, pero cuando lo deja ver, no es más cine, es una imagen, es un frame.


Quizás encuentro aquí una relación entre la cabeza de John y el modo en que funciona el cine, tanto por su artefacto como por su mecanismo de proyección. John no puede recrear la película de su vida, de esos hechos, porque al exteriorizar los recuerdos de su mente (recrearlos en imágenes) empieza a ser consciente de qué hay algo muy perturbador y doloroso allí. 


Esta primera exteriorización de la memoria que le permite el cine es quizás su primer acercamiento a una perspectiva diferente de lo que vivió, aunque él mismo decida hacer su película y se narre parte de lo sucedido, ver la imagen fuera de su memoria le hace tener la conciencia del trauma.


Sin embargo, como espectadora, sentí que la secuencia de imágenes de toda la película estaba cuidadosamente seleccionada y precisa. Puede que incomode a algunos espectadores porque mezcla videos caseros grabados, con cintas que se queman, se rompen, se acaban, pantallas azules, líneas de colores y cintas de cine cortadas.  Mezcla de imágenes que expresa el agujero de la cabeza de John como lo dice su título en inglés, en la película siempre hay “hole”, hay agujeros en todo y en todos, hasta el mismo espectador. 


En esta parte que menciono la memoria, quiero hablar de otra escena que captó mucho mi atención y es en la cual John está en un pequeño puente de madera donde pasa el agua de un río.  Antes de meter las manos en el agua, él las sacude muy bien, puede pensarse que lo hace con el fin de calentar un poco sus manos porque el agua debe estar muy fría, sin embargo, lo que más tiene sentido para mí es el contenido. Él saca varias cintas de cine, nunca vemos que contienen, pero vemos cómo John coloca flores sobre ellas. 


¿Por qué están estas cintas allí?, más allá de la revelación de las cintas, creo que hay una metáfora del agua como purificación, ¿purificación de la mente, de los recuerdos? ¿John quiere olvidar? A veces también es necesario recordar para olvidar.  


No hay ninguna duda de que Hole in the Head juega todo el tiempo con el espectador, hay una escena en la que John pasa las manos por el ojo de la cámara, moviendo sus dedos varias veces, lo cual crea un juego de luces y de sombras que se proyecta sobre el espectador; Dean Kavanagh quiere tocarnos con las imágenes, estamos siendo tocados por la luz, en este caso de una forma intencionalmente clara, aunque siempre somos tocados en una sala de cine por las imágenes y los sonidos, aquí funciona de otra forma muy interesante. 


La sala de cine, la eterna caverna


En algunas ocasiones vemos la sala de cine donde trabaja John y me pareció emocionante el hecho de que como espectadores siempre esperamos que empiece la película y aquí no, la película espera por nosotros, espera por el espectador para construir juntos, teje con el espectador. 


Aquí volvemos a lo que mencionaba sobre la negación del cine, el cine sale a su encuentro con el otro y en la película sale a la vida de John, sale de la sala oscura para hacer conciencia de su propio mecanismo. Como saben jamás cuento el final, tampoco lo voy a hacer aquí porque realmente quiero que no se pierdan la experiencia fílmica, ya que cuando hablo de hacer conciencia hay una escena desgarradora del trauma, no muy alejado de nuestros tiempos actuales y la falta de comprensión con la salud mental. 


Además de la sala de cine, John es un voyeur y puede parecer un poco incómodo para el espectador, incluso para los actores que contrató, pero al final lo somos todos. En el film nunca habla él, no conocemos el sonido de su voz, aunque la imagen exprese, el sonido también y en este caso él no puede, de la misma forma pasa en el cine con el espectador, sólo hay “head”, sólo la cabeza conectada a la película. 


De hecho, en una parte de la película se menciona como un chico no puede ver, pero no porque el mecanismo óptico no le funcione, por el contrario, es porque su cerebro no interpreta lo que ve. 

Así mismo, el hecho de Voyeur por excelencia también lo relaciono con la despersonalización que puede sentir alguien luego de un hecho traumático. La despersonalización se siente así, ver la realidad alejada de nosotros, ver la realidad por pantallas. Si fuéramos a un análisis más profundo podríamos decir que quizás no solamente es un efecto, sino que la Matrix juega por momentos con nosotros y nos revela su mecanismo, pero no me quiero extender más por ahora. 


El reflejo material como contenedor emocional y mental


Para finalizar quiero mencionar porque en la película hay una ruptura con lo que Lacan llamó el estadio del espejo. Antes de que el bebé reconozca su imagen como unidad, el pequeño se siente fragmentado, pero al ver su reflejo en el espejo se crea la unidad de reconocimiento del Yo como un todo, un todo material que encarna también emociones y pensamientos. 


En la película John dice “ese no soy yo”, ahí hay más "hole", más agujero de un YO que se ve, pero no se reconoce; es sólo un icono que le cuesta formar un concepto y es que ese concepto también se lo da la continuidad en el espacio y tiempo donde ha estado, una continuidad que quizás recuerda muy bien, no obstante, no puede integrar porque la conciencia de identidad formada está desbordada (por el trauma).


Para los Vedas cuando alguien no puede ver su reflejo en el agua es un signo de muerte, la ausencia de su imagen, algo que quizás no está muy alejado de lo que pasa con el personaje, algo así como muerto en vida.  


Para concluir con esta película, aunque creo que hay muchas cuestiones más que se pueden dialogar, la búsqueda de John por querer resignificar su vida con una película es una experiencia filosófica y sensorial en el cine, para la diégesis misma y para el espectador. Dean Kavanagh logró de forma auténtica tocar hilos profundos de la realidad.


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