A las afueras de la ciudad en el sur de Chile, vive Memo (Jorge García de la serie Lost), un hombre de formas grandes, silencioso y aparentemente tenebroso que vive atormentado desde su infancia debido a un gran talento que tiene: Su voz. Todo en la vida de Memo transcurre bajo la monotonía de una curtiembre ovina hasta que en su vida aparece Marta (Millaray Lobos), una joven que le brinda su amistad y hará que, todo se derrumbe aún más, pero será un gran respiro para Memo.

La película es la ópera prima del chileno Gaspar Antillo, quien ganó en la edición del último Festival de Tribeca el premio de Director Revelación y la producción está cargo de los reconocidos hermanos Pablo y Juan de Dios Larraín. Tiene una duración de 91 minutos y está disponible en Netflix. 

El protagonista, Memo, está interpretado por Jorge García, actor estadounidense que tiene raíces chilenas y cubanas. Ha participado en diferentes películas y series en papeles secundarios, así que esta película es la primera en la que él debuta como protagonista. 

En las primeras imágenes del film, un gran lente de cámara ataca al espectador, es un primer llamado al reconocimiento de la imagen y su dimensión, principalmente en este momento, con el fenómeno de la multiplicidad y reproducción que permiten los dispositivos tecnológicos. 

A lo largo del film, los diferentes objetos que tienen relación o connotan la noción de imagen, se van incorporando poco a poco y muy estrechamente con el personaje principal (Memo). Por un lado, la imagen del recuerdo está presente la mayor parte del día para Memo, es un fantasma que lo tortura. 

La imagen corporal y la percepción de sí mismo, es decir del protagonista, es solo una distorsión que la industria musical ha causado. Desde pequeño, cohibido de mostrarse como es, ya que, el marketing superfluo, desmedido y avasallador instaura un canon de belleza que Memo no cumple. Esto le ha negado su libre expresión y aceptación de su físico. Él quiere brillar, pero tiene miedo a ser visto, este miedo que no le pertenece, sino que fue infundado. 

Debido al maltrato infantil de su padre, Memo creció escondido y alejado de los avances tecnológicos, por esto la nueva amistad que entabla con Martha trae a su vida, un poco de ese mundo exterior, desconocido y junto a un dispositivo tecnológico desconocido para él, un celular inteligente donde él puede verse a sí mismo, el espejo que conoce cambia, ahora su reflejo está instaurado en este aparato, pero Memo no sabe la dimensión de su alcance. 

También, Martha representa esa mirada del otro, porque Memo creció bajo la percepción de las miradas a su alrededor, las cuales se limitan a él mismo y a su tío. Martha es una mirada nueva una mirada de aceptación y admiración por su talento, lo que genera un poco más de confianza en el personaje. Martha es amor en medio del caos. 

Por otro lado, la imagen pública que no tiene Memo es aprovechada por otros que conocen el poder de esta y llegan a hacer lo que sea necesario para mantener su nivel y status sin importar cuantas personas tengan que ser maltratadas. Es notable esa mirada que hace esta cinta, desde el poder de la imagen en sí misma y la imagen pública, que actualmente tiene un peso innegable y de donde han surgido los nuevos modelos de poder. No en todos los casos, pero en la mayoría, están edificados en personas que alimentan su propio narcisismo, pero que funciona muy bien para la industria porque sus cuentas personales ascienden en seguidores.

Por esto, nos parece importante mencionar, así como lo hace la cinta, el poder de la imagen que se construye a través de la mirada, no solo la mirada propia sino la mirada del otro. La cinta también hace uso del sonido del obturador fotográfico para recrear las imágenes que están entre el pasado y el presente. 

Tal vez el espectador puede sentir en Memo, una construcción de personaje a medias y poco profundo, debido a su silencio. Sin embargo, creemos en este personaje, su silencio es impreciso así que solo nos quedan sus acciones, las cuales son muy claras. Desde la ropa que usa, una gran capa que oculta su rostro cuando ve personas diferentes a su tío pretendiendo pasar desapercibido. Su caminar es pesado, no por su masa corporal, sino por su pasado. Su cabeza está inclinada la mayor parte del tiempo y su mirada al agua es un reflejo del anhelo más profundo de su corazón, esperando que todo se aclare, que fluya y que sea tan majestuoso como su pasión por el canto. 

Las acciones de Memo son cicatrices de un retrato íntimo del dolor experimentado ante la cohibición de la libre expresión del propio ser. Es la nobleza del personaje que permite hacer una crítica desde la sensibilidad y la sencillez. Memo es la muestra de que no se puede huir de sí mismo por las opiniones de los demás. 

Su personalidad también permite crear una dualidad en el film, por momentos invade las escenas en un aparente misterio, unos tintes de thriller psicológico y luego, en la intimidad del personaje, se despliega una naturalidad de hiperrealismo mágico. Memo baila al ritmo del vals, entre un aire teñido de luz rosa que realza las lentejuelas de su gran capa. 

La composición de las escenas tiene un trato delicado, la fotografía es acertada, así como el trabajo del equipo de arte. En Que hay para Ver destacamos tres escenas: 

• En una de las escenas, el tío de Memo sufre un accidente, Memo es obligado a cruzar el río en busca de ayuda y así, poder dejar a este hombre del otro lado. En ese momento, la imagen se pone lenta, las personas miran el suceso y también miran a Memo, pero él se devuelve rápidamente a la casa asustado.  Esta escena marca un primer acercamiento con el mundo exterior y el peligro de la imagen pública, el peligro de ser visto. 

• El espectador se puede sentir incómodo por la siguiente escena donde solo vemos la espalda de Memo quien está tirado en el suelo mientras expulsa por su boca una especie de líquido con brillo. Esta escena nos parece especial, es una sensación humana que está llevada a un nivel de exageración adecuado para la película y la sensación que quiere generar. Esta escena no es más que, una reacción al asco que siente por todo lo que sucedió y, una forma de expulsar esto que está sintiendo por dentro, algo con lo que ya no puede más. 

• La última escena que resaltamos es cuando se pinta las uñas de las manos con un barniz de color azul brillante. Esta escena carga demasiada intimidad, ya que es una acción aparentemente irrelevante o insignificante, una acción que está más normalizada para las mujeres y en otros contextos, más de un tinte con glamour, pero, aquí guarda una entrañable admiración y ternura. Es su momento, su espacio, ya que su tío se encuentra recuperándose y él está solo en casa. 

A continuación les dejamos el tráiler

You Might Also Like