En Qué hay para ver amamos el cine y sabemos que este es una forma dentro de otras formas posibles en el audiovisual, y por esto, no dejamos de lado obras que pueden considerarse, videoarte, cortometrajes y videos musicales, como el cortometraje A N I M A (2019) de Thom York y Paul Thomas Anderson, el cual compartimos con ustedes.

Thom, músico inglés más conocido por ser el vocalista y compositor musical de la banda Radiohead formada en 1985, desarrolló una carrera musical bastante amplia, incluyendo colaboraciones con artistas, así como tres álbumes en solitario, dentro de ellos se encuentra ANIMA lanzando en junio del 2019, del cual se desprende este cortometraje dirigido por el guionista y director estadounidense Paul Thomas Anderson. Esta no es la primera vez que Thom y Paul trabajan juntos, ya que, anteriormente realizaron juntos tres videoclips para la banda Radiohead. 

ANIMA se lanzó en el mes de junio del año 2019 con nueve canciones y para el cortometraje se utilizaron tres de ellas, para acompañar esta pieza visual, las canciones son: Not the News, Traffic y Dawn Chorus.

Esta pieza audiovisual es definida de diversas formas por la crítica, como un vídeo musical, una pieza de cámara, un vídeo conceptual o vídeo-art y también un cortometraje musical. Sin embargo, Thom y Paul, han llamado a la pieza un one-reeler. Este término fue utilizado en los primeros años del cine mudo como una forma de presentar las diferentes piezas visuales al público, ya que la duración era medida por los rollos de cinta, es decir qué medio rollo eran aproximadamente 7 minutos.

El cortometraje inicia en una realidad distópica, en medio de un metro subterráneo en el que viajan varias personas, incluidas Thom Yorke, quien es el protagonista junto a la actriz italiana Dajana Roncione. Todo parece ser común en este universo, hasta que las personas empiezan a tener movimientos repetitivos, una coreografía marcada por un concepto de fondo psicológico y onírico, que caracteriza el cortometraje, pues esa no es la única coreografía, todo el corto está constantemente representado por este tipo de movimientos.

La pieza se puede ver como una serie de momentos en el día a día de una persona. Sin embargo, este día no es casual pues la cotidianidad es interrumpida por las miradas fijas de los protagonistas, dos enamorados que se encontraran después para aliviar la ansiedad de los días, en medio del caos el amor es lo único que queda.

Los momentos son reconstruidos por escenas que sumergen al espectador en una especie de quimera, entre los movimientos de los bailarines, resaltan los espacios, uno de ellos es una especie de laberinto que al mismo tiempo es una cueva llena de sombras, una metáfora visual y moderna de Platón en la alegoría de la caverna donde Yorke como protagonista lucha continuamente con estas formas y acciones que se le presentan. 

Cada uno puede sacar sus propias conclusiones al ver está pieza, sin embargo, consideramos importante recalcar, no solo lo anteriormente escrito sino también los juegos de perspectiva. Esta perspectiva se da en dos sentidos: Perspectivas de pensamiento y perspectivas ópticas las cuales se compenetran entre sí. 

La perspectiva visual está encadenada entre diferentes aspectos como lo son, la creación de algunos escenarios, su infraestructura, el juego de luces y sombras, los colores y los movimientos de los bailarines. Así mismo, la forma en la que la cámara se mueve para destacar aspectos o mostrar lugares que parecieran ser más grande de lo que son.

Las perspectivas de pensamiento, pueden estar asociadas a la sensación o entendimiento individual del espectador frente a esta pieza audiovisual. No obstante, es importante hablar de la coreografía, no solo desde la interpretación y coordinación que encara cada bailarín, sino las formas conceptuales que se dibujan en el cuadro fílmico y siguen aportando a ese concepto macro psicológico y onírico de todo el corto.

Por ejemplo, hay dos líneas que se forman, la izquierda y la derecha, no de forma política, pero si como representación de dos fuerzas opuestas, mientras York quiere avanzar hacia un lado, los bailarines avanzan por otro, incluso lo obligan. Por otro lado, la sombra que proyectan los cuerpos en el suelo permite asemejarlas a los barrotes de una celda. 

Por último, recordamos que la pieza está disponible en Netflix y tiene una duración aproximada de 15 minutos, en los cuales el espectador se puede sumergir en el universo visual y musical de York y Anderson, donde nos preguntamos en medio del caos ¿qué nos queda?

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