Horse Money (2014) es un viaje a través de las profundidades de la mente y Pedro Costa, el director lo retrata a través de la arquitectura en la cual siempre se está moviendo Ventura, su personaje principal. En este viaje, en estos caminos de la memoria, salen a flote las problemáticas y vivencias de los obreros de la antigua colonia portuguesa de Cabo Verde.
Pedro Costa es un director de cine portugués que durante su carrera ha conseguido reflexionar sobre la imagen cinematográfica: moldeando su forma de producirla, sin convencionalismos y fuera de la academia; a la vez que, esa maleabilidad de la forma, le sirve para representar problemáticas íntimas, ligadas a la vida social y política, en sus películas. La materia prima con la que él cuenta es la realidad, la cual le sirve para sus creaciones fílmicas.
En esa exploración de la realidad, Costa conoció a personajes como Ventura, en Fontainhas, Lisboa, quien protagoniza esta cinta. Sin embargo, no fue el único, ya que encontró dentro de esta comunidad, habitada por migrantes principalmente, a otras personas que fueron parte de películas previas de este cineasta, pues desde el año 97 ha grabado con ellos.
Tres momentos enlazados por los relatos de los personajes
Claramente, la narrativa de esta cinta no es convencional y exige atención especial porque los hechos que se reflejan aquí no están en función de corresponder con una cronología, y de ninguna manera, su representación es explícita. Los sucesos en Horse Money (2014) se dan mediante 3 grandes momentos. El sentido narrativo está determinado por las historias de una memoria universal dentro del personaje de Ventura.
El primer momento de la película es cuando Ventura se encuentra con Vitalina, una mujer que cuenta que ha venido a Lisboa desde Cabo Verde para asistir al funeral de su difunto esposo, Joaquín. Poco a poco, entre ella y Ventura recuerdan situaciones del pasado, situaciones fragmentadas. Entre esas conversaciones susurradas, una escena antecede el cambio al segundo fragmento.
Esta escena es cuando Vitalina está contando su historia mientras realiza un rezo con varios elekes. En ese relato Ventura parece culpable, pero al mismo tiempo su papel es el de una figura representativa que lleva el sufrimiento de todo el pueblo. Es una escena que carga mucho dolor, además adquiere más valorar porque Costa no suele usar un guion y los personajes no son actores formados en academia.
Luego, el segundo momento de la película, Ventura aparentemente huye del lugar en el que está, el cual es un hospital, que realmente es la alusión a su mente y a la vez, a una especie de purgatorio.
Al escapar, no lo vemos más a él porque la cámara quieta en un solo lugar, muestra diferentes personas del barrio y de fondo una canción popular que habla de la traición y la perdida. Pues estas personas, así como Ventura vienen de migrantes de la colonia de Cabo Verde donde se traficaba con esclavos. Es un momento tan íntimo, una aparente fotografía donde la cámara está mostrando un solo panorama, el tiempo fílmico está rodando y es ese tiempo, el que sucede en la cabeza del espectador, para pensar y reflexionar sobre el poder de la imagen que representa la composición que elige Costa.
Después, antes de entrar en la secuencia final del film, Ventura sigue en su condición de vivo y de muerto, y en medio de las calles, es asaltado por el MFA (Movimento das Forças Armadas) levantando ambas manos y quedándose inmóvil. Recordemos que la mayoría de estas personas como Ventura vienen de un pueblo que fue esclavo y esto representa a su vez una crisis económica y política.
En el ámbito político se puede decir que Ventura es un testigo de la revolución, la cual dio fin al Estado Novo (régimen político autoritario y corporativista) en Portugal que se terminó con el MFA y de esa manera se alcanzó la democracia, pero al ser nacionalizada toda la banca y algunas de las empresas, se dejaron a muchos trabajadores en desfavorables condiciones.
Por ello, en la cinta Horse Money (2014), luego de ver a Ventura siendo asaltado en la avenida por el MFA, él se despierta debajo de un letrero en una antigua fábrica que está en ruinas y allí, se encontrará con otros personajes como su sobrino quien ha estado esperando durante 20 años que le paguen un cheque.
Más adelante, hacía el final, el personaje retorna al hospital donde ingresa al ascensor y allí mantienen una conversación con un soldado del MFA. En esta escena, el soldado no mueve los labios pero habla. Es una conversación entre ambos, donde escuchamos las voces de todos, se habla de revolución y de todas las situaciones alrededor de sus vidas, los intentos fallidos de democracia y capitalismo. Además, el ascensor que es el lugar donde se desarrollan estos diálogos está suspendido, no anda para arriba o para abajo y nadie entra, ni sale, simplemente está ahí, en suspensión.
La arquitectura de los lugares es un reflejo de la mente
La película inicia con una serie de fotografías del fotoperiodista danés Jacob Riis, quien emigró a los Estados Unidos y retrató a Nueva York. Luego, se ve una pintura y la cámara hace un pequeño paneo horizontal para mostrar a Ventura, un hombre que desciende por un túnel, es el inicio del camino por la memoria de su laberinto mental. Considero que está simple composición demuestra estéticamente la profundidad que puede cargar una imagen, por eso insisto en su constante reflexión.
Además, este es el inicio de las siguientes escenas en las que nos adentraremos, en una profundidad onírica y mental de la cual Ventura no puede escapar. La arquitectura de los lugares y la forma en qué estos son grabados, reflejan el laberinto mental: espacios donde Ventura con su tic nervioso vive con los fantasmas de la explotación tanto colonial y laboral del país. Cada personaje son líneas temporales que se narran desde lo personal a lo colectivo.
Las escenas, debido a la luz del día dejan ver largos pasillos que se extienden al infinito, pero a la noche, la extensión es interrumpida por la oscuridad y es allí donde surgen las extensiones del tiempo, las líneas temporales de cada personaje.
En otros momentos, donde Ventura recorre cada espacio se refleja su mente colectiva, la basura, la pobreza, el desorden, la destrucción, la oscuridad de sus padecimientos, etc. Además, son recuerdos vivos y Costa busca la forma de componer las escenas para enmarcar mediante la arquitectura del lugar y las sombras a los personajes.
Horse Money (2014) es una experiencia visual y narrativa reconfortante. Nos muestra otra forma de abordar problemáticas políticas y sociales desde la experimentación y la reflexión de la imagen en sí misma.
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