Es un deleite poder ver The Whispering Star (2015) del cineasta y poeta japones Sion Sono. Es mejor si la película se ve en pantalla grande y en la oscuridad, pues se siente como un viaje por la galaxia junto a la androide Yoko Suzuki (Megumi Kagurazaka), quien hace entregas de humanos que le envían cosas a otros humanos. Pero bueno, vamos por el inicio porque como ven no estoy hablando de una película habitual.
Aunque existen diversas películas sobre robots y androides, unas me gustan más que otras, pero cada quien tendrá sus gustos y en este momento es probable que del eco de la memoria resuciten aquellas películas con una temática similar a The Whispering Star. A diferencia de los robots, los androides son más parecidos a los humanos en el aspecto físico y en la forma de actuar. Es decir, pueden integrarse a la sociedad sin que los humanos noten que son androides.
Apocalíptico sí, pero sin guerra
Como en toda película de ciencia ficción, el contexto es apocalíptico y esta no es diferente, ya que ubica al espectador en un tiempo futuro donde los humanos están en vía de extinción y la mayoría de la galaxia está llena de androides. Sin embargo, algo que me parece maravilloso de este film es que esta desaparición de los humanos, no se refleja en las escenas como algo catastrófico lleno de mucha acción y armas nucleares e invasiones. Por el contrario, puede que exista una nostalgia, pero la forma de grabarla hace que la muerte sea solo un «objeto más del olvido natural», como diría Deleuze.
Continuando con el personaje principal de The Whispering Star, se puede decir que la vida cotidiana de Yoko es ir de planeta en planeta haciendo entregas a los humanos. Básicamente, es una repartidora del espacio que tiene bastante tiempo entre una entrega y la otra. Debido a esto, tiene mucho tiempo libre el cual usa para preguntarse sobre los humanos y el contenido de las cajas.
La película tiene bastantes tiempos muertos, no porque no cuente nada, al contrario cuenta mucho, pero rompe con esa motivación causa-efecto de otras películas donde se esperaría que la intriga sea una constante para no perder al espectador. Por ello, aquel que sepa apreciar cada segundo de este film encontrará varias relaciones de forma en lo que al cine respecta. Aunque, más allá de estos aspectos que se pueden analizar a profundidad, The Whispering Star tiene un aire de magia cautivadora que, en un diálogo del androide Yoko Suzuki resume la premisa de la misma:
“Esa adoración hacía la distancia y el tiempo probablemente sea similar al latido pulsante de un corazón humano.”
Si hablamos específicamente de las acciones, estas tienen un equilibrio perfecto, aunque no exista un tiempo fuerte que predomine sobre un tiempo débil. Estas acciones tienden a prolongarse en un vacío donde el tiempo parece ser uno, pues esta película cuestiona lo que causa la espera en los humanos. Cómo la espera adquiere un sentido mayor cuando la teletrasportación es posible.
De manera general, la película se sumerge en una naturaleza muerta o una naturaleza pura, en términos de Deleuze. Pues existen objetos que suscitan, aun en su forma inmóvil, el movimiento, que es la vida misma y la naturaleza contenida en el tiempo. Quizás esta relación entre imagen-objeto esté presente en más films, pero con un destino diferente, el que la diégesis de la película exige.
¿Por qué todos susurran?
Considero que la aproximación más cercana del nombre en inglés The Whispering Star en castellano sería la estrella susurrante y lo traigo a relación porque considero que tiene gran importancia en el film, ya que todos los personajes susurran y es algo milagroso. Quizás es el susurro de la vida, una estrella que viaja en el tiempo entregando objetos que toman importancia porque son esperados por mucho tiempo y, el efecto que produce dichos objetos, invoca a la memoria como un proceso neuronal directamente conectado a los sentimientos.
«El aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo»
¿Podrían los sentimientos humanos deteriorarse con la inmediatez que permite la tecnología? Y sí así sucediera y la tecnología habitará el nuevo mundo, androides y robots, ellos ¿soñarían con ovejas eléctricas?, como lo plantea Philip.
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Parece interesante por donde la veo?
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